jueves, 21 de marzo de 2013

Blackout al descubierto (Parte III)

Amigos, volvemos al Blog. El tiempo no ayuda, pero hago un esfuerzo por tratar de actualizarlo. Tengo este post en hold desde hace rato, porque no he tenido chance de terminarlo. Bueno, veremos si en las próximas semanas nos ponemos al día. Así que comenzamor por terminar el cuento del viaje. que aunque largo y un poco tedioso, ya los tengo con la mitad de la información. Así que aquí vamos.

El Vuelo hasta Los Angeles trascurrió rápido. Es un vuelo corto donde de broma y te dan agua. Val medio descansó con una sonrisa de satisfacción luego de la confesión (Ver post anterior). Mientras a mi me dolía la espalda con sólo pensar cuantas maletas pesé para que se saliera con la suya. No dormí mucho entre risa e indignación hasta que aterrizamos.

Aeropuerto de Los Ángeles

Ya en Los Ángeles, nos tomamos las cosas con calma. La espera era de 9 horas para partir a Sydney. Lo malo es que ese aerpuerto es pequeño y además no tiene conexión entre sus terminales. Así que nos tocó salir. Solo pensar en pasar por seguridad otra vez me fastidiaba, pero estar 9 horas sin hacer nada, con mucho cansancio y sin posibilidad de dormir por evitar el jetlag, no nos daba muchas alternativas. Por un momento pensamos en ir a un centro comercial cercano, pero yo no tenía mucho animo de salir a dar vueltas, con un morral en la espalda de 20 kilos. Así que mejor no. Nos fuimos a otro terminal que era un poco más grande, con una feria de comida decente e internet gratis (pa que más).

Nos decidimos por comer algo mientras esperabamos y chateabamos con la familia. A la final escogimos comer chino. Comida grasosa, simple y con la ñapa de una galleta de la suerte que vaticinaba un porvenir. A Val le salió algo X. Mientras a mi me salió este mensaje nada despreciable, considerando en lo que estamos viviendo:



El Gran Vuelo.

Por fin, se acercó la hora de abrodar. El A380 es un avion impresionante. Solo verlo llegar al aeropuerto impacta. Nosotros nos empezamos a emocionar. Y con la bienvenida en un inglés australianizado, ya empezamos a sentir que la meta estaba a punto de convertirse en realidad. Nosotro estabamos en el nivel inferior (como todos los mortales que decidan ir para Australia). Ironico ver en el boleto que te toca en la fila 63 y aun queda una gran cantidad de filas hacia atras. En el avión todas las comodidades posible (de nuevo, para simples mortales). Sistema interactivo de entretenimiento, con música, juegos, películas, series, mapita del vuelo. Una malla en la parte inferior del asciento de en frente para soportar los pies. Adicionalmente, un programa de vuelo, donde Qantas aspira atenderte por 3 horas, que duermas 8 horas luego de la cena y finalmente 3 horas más de atención antes de llegar, con el desayuno.

Esta es trapa, la toamamos en Sydney. Había mejor luz.


Zona de abordaje de los mortales



Una vista de la cabina

Una cámara en la cola donde puedes ver el exterior




Aunado a todo lo anterior, Val y yo fuimos preparados con todo el arsenal disponible. Unos snacks propios, un par de tabletas, par de ipods, almohadas para el cuello, adicionales a las que te dá Qantas, abrigos para el frío y por si fuera poco, nos compramos estas medias que tienen una goma en la planta, para estar cómodos en el avión (esa mari...ra fue idea de Val, pero de verdad ayuda). Todo planificado al pelo.



Desafortunadamente, como todo lo que uno aprende en la universidad, una cosa es la teoría y otra es la realidad. Les digo algo de corazón, no creo que exista en esta tierra forma alguna de hacer un viaje de más de 14 horas dentro de una caja con alas cómodo, por muy grande que sea el avión. Que vaina tan cansona. Comí mi cena, me vi 5 capítulos de una serie, 2 películas, jugué varios juegos, echamos unos chistes , descansé unas 6 horas y aun quedaban 6 para llegar a Sydney. Y mejor no poner el mapita, porque lo que haces es botar lágrimas. Sólo vez Australia decentmente cerca cuando faltan 2 horas para llegar. Pero estás tan cansado que se hacen eternas y solo aspiras que la tortura termine.



Para rematar, en una de esas estabamos en la cola del baño. Llegó una persona con un niño, por lo que Val y yo cortezmente le sedimos nuestro puesto. Al rato se nos acerca una china y nos reclama "porqué no me dieron el puesto a mi". Creimos que era una broma. Pero luego continúa y nos dices "Tengo diarrea, porqué no me dieron el puesto a mi" ¿Que la pasa a esta china loca? ¿Cómo ibamos a saber que tiene diarrea? Yo creyendo que el aroma cerca de nuestro puesto era un carajito en el puesto de atrás y capaz era ella con flatulencia, 3 filas delante de la nuestra. El castigo fue severo y el amor por el avión, el vuelo y todo terminó en ese momento. Solo queríamos llegar y poder disfrutar.

Cuando empezaron a servir el desayuno sabíamos que la tortura estaba a punto de terminar. Ya en el pedazo de mapa esta apunto el avión de sobrevolar territorio australiano. Se veía el amanecer. y al poco tiempo de recolectar las bandejas el capitán anunció el inicio del aterrizaje. Estabamos a punto de comenzar a vivir el sueño.

"Recibimiento" en Australia.

Al fin, llegamos. El avión aterrizó. estabamos emocionados a medida que nos acercabamos al terminal. Ver los aviones de Qantas en fila nos emocionó. Aunque después nos dimos cuenta de lo mal que nos preparamos para esta última parte. Junto con nuestro A380 llegaron otros A380, a la misma hora. La cola de inmigración era tan larga, que quedamos esperando fuera de la sala. Una hora y tanto para llegarcon el oficial migratiorio. Presentamos los pasaportes, indicando que eramos inmigrates. Sin pensarlo mucho nos selló los pasaportes y exclamó "NEXT". Ni la bienvenida ni nada, aunque viendo en retrospectiva, estar con ese trabajó a las 6 de la mañana yo también obviaría las formalidades.



Luego a buscar las maletas. Estabamos super cansados e intentamos buscar a alguién de Qantas que nos ayudara con una carretilla donde pudiera llevar las maletas. Val fue a preguntarle a una persona que trabajaba en Qantas y le dijeron que no tenían a nadi disponible pero en lo que llegara nos ayudaría. Que va, nos ignoraron por completo, niinguna persona del aeropuerto nos miraba. Nadie se quizo acercar. Nadie se quizo comprometer. Tuvimos que llevar las maletas nosotros como pudmos. Los carritos para maletas del aeropurto de Sydney son de los que debes presionar la manilla para que libere el freno. Solo podíamos montar unas 4 maletas por carrito. Asi que montamos las más pesadas y dejamos las que rodaban mejor para arrastrarlas como pudieramos. Tuve que cambiar uno de los carritos, porque se le salió la goma de una de las ruedas del peso de las maletas.

Solo cuando llegamos a la zona de aduana fue que nos ayudaron. No porque fuera su intensión, pero por el hecho de que estabamos estorbando en la cola. Nadie podía pasar (jejeje, lo hicimos a proposito). En aduana, entregamos la declaración y nos dijeron que colocaramos las maletas en el piso. No nos revisaron ni una sola maleta. Sólo pasearon un perro anti droga. Ya estabamos listo. Agarramos un Taxi y directo al hotel.

Llegamos casi a las 10 de la mañana al hotel. Nos registramos y luego botamos unas lágrimas. No había ascensor y teníamos que subir las maletas un piso. Por suerte en el hotel fueron un poco más condescendientes. Nos ayudaron a subir las maletas y luego las arrastramos hasta la habitación. Por fin el viaje había terminado. Estabamos en Sydney, con mucho cansancio y mucho que hacer, pero ya lo importante lo logramos, que fue llegar a Australia.




1 comentario:

  1. Epale pana, solo queria decirte que me leí todo tu blog en una sola sentada jejej hasta el blackout parte I, por lo que me quede esperando los proximos "capitulos" cual final de temporada de Lost. Espero que les vaya muy bien en su nueva etapa en Oz.

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