miércoles, 11 de julio de 2012

Hora de decir adios.





Con boleto en mano y todo listo para partir en Septiembre, no queda otra más que empezar a sincerisarme con todo el mundo respecto a mis planes. Si bien es verdad que llevamos un buen rato en este proceso de Australia, también es cierto que muy pocas personas saben que nos vamos tan lejos.


Lo cierto es que ya era hora de empezar a decirle a la gente y en especial a informar en mi trabajo que me iría. Ahora ¿Cómo se puede abordar el tema sin que después quede algún malestar? Es en este momento donde conviene consultarlo con un pana y mejor si está en una situación similar a la de uno. Por eso me decidí a hablarlo primero con brasileño que trabaja conmigo. El también está en proceso de cambio (aunque menos drástico) y ya tuvo la experiencia de darle la noticia al jefe. Así que le comenté de mi planes y se quedó en shock… Me dijo que hablara primero con el que es la mano derecha de mi jefe actual, ya que se conocen desde hace un tiempo y sabrá orientarme mejor.


Así que no quedó de otra, hablé con el segundo implicado en el asunto. También se quedó boquiabierto al escuchar que me iba para Australia. En la oficina tengo fama de aventurero, pero esto fue algo extremo. Empezó a indagar como había llegado a ese punto y le dije más o menos como se han dado las cosas. Realmente, para mi el tema es difícil, ya que me estaba yendo bastante bien en mi trabajo actual y prometía un crecimiento en el tiempo muy satisfactorio, aunque la calidad de vida que tenemos aun no es la que aspiramos. Lo cierto es que una vez que hablé con él, me aconsejó que hablara lo antes posible, ya que eso le permitiría un mayor margen de maniobras para buscar un substituto. Lo malo de hacerlo de este modo, es que el margen de maniobra queda del lado de la empresa y no de uno.


Luego de analizado por varios flancos, logré acordar una reunión con mi jefe, para tratar el tema. Se sorprendió mucho y me preguntó si tendría fecha (aquí muere toda opción de renunciar a la renuncia) y le dije que sería en Septiembre. Una vez que tuviera el boleto le confirmo. Me ofreció recibirme la carta de renuncia antes que me fuera de viaje (Tengo un proyecto de 2 meses en Sudamérica, jejeje) para poder hacer la renuncia en el plazo más adecuado. Fue bastante positivo en muchos aspectos, aunque siento que no quedó mucho espacio para dar vuelta atrás.


Lo cierto es que una vez hecho, ya pude decirle a algunos panas más los planes que tenemos Val y yo. Todos se han comportado de manera excelente. Nos han ofrecido apoyo y ayuda, hasta donde alcance. El apoyo hará falta, porque estaré trabajando hasta finales de Agosto. De allí, sólo queda esperar que llegue la fecha del viaje. 

2 comentarios:

  1. Hola, me encuentro muy identificado con esta entrada, ya que estoy en el mismo dilema que tu desde hace varios meses. Me voy en Octubre y hasta la fecha muy pocos saben mis planes, obviamente en mi trabajo será una gran sorpresa (no muy grata para algunos). Al igual que a ti me va bastante bien en mi trabajo, realmente no me quejo. Pero la decisión esta tomada y considerando la situación actual del pais esta "tranquilidad" y estabilidad puede ser pasajera. Es inminente, esta llegando el día en que también tenga que decir: "Nos vemos en el espejo"

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  2. Ya si la decisión está tomada, no hay que ver para atrás. Es difícil, pero es para mejorar. Suerte en tu viaje mi pana y nos veremos allá.

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